Un Pequeño vistazo a La Zona Costera: El Manglar |
Luis Obando, Programa de Educación Biológica ACG
Es una asociación vegetativa limitada por las
mareas, exclusiva de las regiones tropicales. Su formación está
restringida a la incidencia que este tenga de un estuario y de corrientes
costeras de poca energía (aguas de poco oleaje), como las caracterizadas
por las bahías.
Rhizophora mangle. Foto/ L.Obando.
Dentro de los ecosistemas relacionados a los ambientes marinos, los manglares se encuentran en segundo lugar en producción de biomasa y energía (diversidad), después de los arrecifes de coral. Su gran diversidad es gracias a la interacción de las aguas dulce y salada que convergen para formar los estuarios.
Además por la rapidez con que son descompuestos los materiales
que mueren dentro del manglar, permite que estos se puedan incorporar como
nutrientes al resto de organismos que lo habitan.
El bosque que forma el manglar está constituido en su mayor parte
por árboles de mangle, plantas especializadas en soportar las condiciones
adversas de las zonas costeras y que en su conjunto formen la asociación
vegetal llamada manglar.
Las condiciones que se presentan dentro de un manglar no todas son favorables
para el establecimiento de plantas y animales. El suelo del manglar es fangoso
y de poca aireación; para esto las plantas han diseñado todo
un sistema radicular especializado en el intercambio gaseoso como lo son
las raíces adventicias (raíces con forma de patas de zancudo)
del mangle rojo o mangle caballero (Rizophora mangle ), y las
raíces del palo de sal (Avicennia germinans) llamados
neumatóforos.
Otro factor limitante es la salinidad que caracterizan al sector costero,
para ello los árboles han diseñado estructuras especializadas
en expulsar sal, como es el caso de Avicennia germinans , que
poseen unas estructuras en las hojas llamadas hidátodos. A todo esto
se le suma la alta incidencia solar que es compensada con hojas gruesas,
para evitar la rápida desecación.
Una de las especies de mangle más reconocidas es el mangle rojo,
por sus largas raíces, aunque su apariencia indica la función
de sostén, es más su importancia para el intercambio gaseoso,
como fue mencionado anteriormente.
Posee hojas opuestas y gruesas, con una yema terminal en cada rama que recuerda
los higos.
Su flor es de color blanco y aparecen por lo general durante todo el verano,
siendo polinizada por el viento.
El fruto es de forma carnosa con una sola semilla y de características
vivíparas (la semilla germina cuando aún el fruto no se ha
desprendido del árbol). A esta pequeña planta se le conoce
como propágulo y puede salir hasta 20 centímetros del fruto.
El mangle rojo contiene gran cantidad de sustancias denominadas taninos
que son utilizadas por la planta para su defensa, pues son de dificil digestión.
Pese a esta defensa llega a sufrir el ataque de herbívoros taladradores
de madera y otras larvas que se alimentan especialmente de las hojas. Existen
además otros organismos como grillos y cangrejos que se alimentan
de este árbol.
Para el hombre este árbol ha tenido gran cantidad de usos entre ellos
el carbón, leña, postes para cercas y extracción de
sus taninos para curtir cueros, entre otros.
Este árbol en conjunto con el resto de los mangles, es considerado
como un vivero natural, donde empieza la vida de la gran mayoría
de los peces comerciales. Además sirve de refugio a gran cantidad
de aves, mamíferos, reptiles, crustáceos y muchos otros animales
que en su gran mayoría están en peligro de extinción.
En la actualidad los manglares en general están seriamente amenazados
y en vías de desaparecer, ya que el manglar es reemplazado por lugares
para la agricultura, salineras, edificios hoteleros, zonas urbanas, contaminación
de los ríos, deforestación, entre otras causas.