El Área de Conservación Guanacaste, con el propósito de conocer la efectividad de su impacto en materia de conservación, hace ya algún tiempo estableció una serie de indicadores que ayudan a conocer la “salud” de los ecosistemas que resguarda. Dentro de estos indicadores resaltan las aves como uno de ellos.
Ya desde los inicios de la humanidad las aves han despertado su interés debido a la gran variedad en este grupo, la inmensa gama de adaptaciones que presentan y lo carismático de varios de sus representantes.
Aunado a lo anterior la posibilidad de ver aves en cualquier época del año es muy alta debido a su distribución en diferentes ecosistemas.
Las aves son un excelente indicador de la “salud” de los ecosistemas. En muchos países se considera el estado de las poblaciones silvestres de aves como un índice de la calidad de vida. Además son muchas las investigaciones que se dan en especies migratorias para conocer el estado del Planeta en general. Algunos estudios incluso prueban que en las áreas de importancia avifaunística, alrededor del mundo, se encuentra hasta el 80% del resto de la biodiversidad del planeta. En otras palabras, los sitios importantes para las aves también lo son para todos los seres vivos. Así las cosas se podrían ver los esfuerzos para proteger al grupo aves como “un gran paraguas” que, de forma conjunta, protege al resto de la vida.
Desde hace ya varios años el Área de Conservación Guanacaste ha venido colaborando con la iniciativa del Cornell Lab, la cual a través del apoyo de miles de personas a nivel mundial, fomenta la “ciencia ciudadana” promoviendo el reporte de toda la cantidad de aves que se puedan ver a lo largo de un día (Global Big Day) personas que gusten del avistamiento de las aves (no necesariamente investigadores).
Este año el “October Big Day” se celebró el pasado sábado 17 de octubre y una vez más el Área de Conservación Guanacaste se sumó al esfuerzo de muchas personas a nivel nacional y mundial para mejorar los números de especies reportadas. En Costa Rica particularmente llama la atención la nueva tendencia de formación de equipos en varias regiones del País con una planificación detallada para tratar de cubrir la máxima cantidad de ambientes posibles en un lapso de 24 horas (aunque en realidad el tiempo efectivo de avistamientos es mucho menor que eso).
Este año Alexander García, funcionario de ACG logró reportar una especie muy especial. Muchos la consideran “el fantasma del bosque” por el secretismo que rodea la especie; nos referimos al Cuco Hormiguero o Neomorphus geoffroyi para muchos “pajareros” asiduos una de las especies meta para anotar un “lifer” más a su lista. El avistamiento se dio a una altitud aproximada de 700 m.s.n.m en el Parque Nacional Rincón de la Vieja.
Aunque se trata de un ave relativamente grande (casi 50 cm) es poco conspicua debido al buen camuflaje de sus plumas con el entorno que habita. Se puede encontrar (de forma discontinua) en bosques húmedos primarios desde el sur de Nicaragua hasta Brasil.
Para el Área de Conservación Guanacaste continua siendo motivo de orgullo el poder sumar a eventos de esta naturaleza.