El Sector Pocosol se puede considerar como una extensión de la meseta del Sector Santa Rosa, que va desde la carretera Interamericana Norte hasta las faldas de los volcanes gemelos Orosí y Cacao, limitando al noreste con el río Espavelar. Básicamente se considera la mayor masa de bosque seco, donde son comunes zonas abiertas de pastos (potreros), en muchos sectores convirtiéndose a bosque con diferentes edades de regeneración. Su superficie es de aproximadamente 9.848 hectáreas.

Gestión del Programa Sectores

En este Sector se encuentran las oficinas administrativas tanto del Programa Protección e Incendios como del Programa Sectores, aquí es donde el personal de coordinación de este programa realiza todas las acciones correspondientes a la logística para el mantenimiento y la atención de necesidades de todos los sectores del Área de Conservación Guanacaste, en cuanto a su personal y la infraestructura.

Historia

Durante cientos de años como parte de la tradición de los sabaneros de Guanacaste, cada año, se realizaban quemas con el fin de renovar pastos para el ganado y limpiar los potreros de plantas leñosas. Esta actividad se desarrollaba desde las faldas de los volcanes Orosí y Cacao hasta la costa pacífica, lo cual consumió un gran parte del bosque en la mayor zona de transición entre el bosque lluvioso de la falda de los volcanes y el bosque seco. Esta zona estaba conformada por fincas privadas, entre las que se pueden mencionar Finca San Josecito-Tempisquito, Centeno (Guanacastillo y Mata Redonda), y Hacienda Pocosol (junto con finca Garzal), siendo esta última, la que hereda su nombre actual a este Sector. La Hacienda Pocosol perteneció a la familia Burgos por al menos 40 años y esta fue adquirida como parte de las fincas que estaban dentro de la propuesta de la creación del Parque Nacional Guanacaste presentada por el Dr. Daniel H. Janzen en el año 1986.

A partir del año 1988, con la creación del Programa de Prevención y Control de Incendios Forestales (actualmente Programa Protección e Incendios), junto con otras medidas de acción, se inició la lucha con el mayor problema que enfrentaba la biodiversidad de estas zonas, el fuego. De esta manera inició un proceso de restauración de bosque, sin embargo se necesitarán varios cientos de años para tener un bosque seco maduro como el que existió en tiempos precolombinos.