Museo histórico de Costa Rica es restaurado en Guanacaste: La Casona de Santa Rosa es intervenida en sus paredes de bahareque gracias a una donación
Debido al desprendimiento del encalado y el repello en las paredes de bahareque que conforman la Casona de Santa Rosa, así como al deterioro acumulado por el uso de materiales como revestimientos comerciales en trabajos anteriores, desde el 17 de julio de 2024 se llevaron a cabo trabajos de intervención. Estos buscaban retirar los repellos sueltos de las áreas dañadas y revocar nuevamente las paredes con barro, utilizando dos capas de tierra preparadas con antelación para posteriormente encalar con cal apagada añejada.
Estos trabajos se extendieron por poco más de dos meses, durante los cuales no se interrumpió la visita regular de familias al sitio. La intervención fue realizada por la MSc. Arq. María Bernadette Esquivel Morales, experta en restauración y conservación de bienes patrimoniales, quien ha realizado importantes aportes en la valorización de la arquitectura de tierra en Costa Rica y Latinoamérica.
Durante el proceso de restauración, muchos visitantes, orientados por funcionarios del Programa de Ecoturismo del Área de Conservación Guanacaste, tuvieron la oportunidad de aprender sobre la arquitectura basada en tierra, zacate y cal, hoy escasa en nuestro país y conocida como "bahareque".
La realización de estos trabajos fue posible gracias a una donación contribuyendo a la conservación de uno de los edificios históricos más importantes del país, que requiere cada vez más inversión para su preservación.
El bahareque es un sistema de construcción que utiliza palos o cañas entretejidos, recubiertos con barro, zacate y cal. Esta técnica ha sido utilizada desde épocas remotas para la construcción de viviendas y, en Costa Rica, cada vez es menos común.
Los materiales empleados en la restauración fueron traídos desde la ciudad de Liberia, con la valiosa colaboración del señor José Luis Villareal Villareal, conocido como "Güicho Pizarro", quien trabaja como boyero y facilita el material necesario para este tipo de construcciones.
La mezcla de barro utilizada consistió en partes de arcilla, arena y zacate.
La restauración de la Casona de Santa Rosa representa un gran logro para la conservación del patrimonio cultural de Costa Rica. Este proyecto, además de devolverle a la histórica estructura su valor arquitectónico, permite preservar y difundir el conocimiento sobre las técnicas tradicionales de construcción en bahareque. Gracias al compromiso de diferentes personas y amigos del ACG se garantiza que futuras generaciones podrán apreciar y aprender de este importante legado.
La intervención, realizada sin interrumpir el flujo de visitantes, también fomenta el interés y el respeto por el patrimonio histórico en el país, un recurso invaluable que merece protección constante.