Mi nombre es John Castillo, soy vecino de la bella comunidad de Cañas Dulces, Liberia, Guanacaste. El día de hoy les quiero contar como mi amor por la naturaleza dio a flote gracias a las giras educativas del Programa de Educación Biológica (PEB) del Área de Conservación Guanacaste.
La época escolar para mí fue una de las más bellas de mis etapas de educación y en las cuales se marcaron muchos acontecimientos que generaron crecimiento significativo, a como también lo fueron las giras educativas del PEB impartidas por el Área de Conservación de Guanacaste.
Antes de dar inicio a este viaje del tiempo durante mi recorrido como amante de la naturaleza y la experiencia significativa que me dejó el PEB, debemos regresarnos 14 años en el tiempo hasta el año 2009, ya que en este año en específico cursaba el sexto grado en la escuela de Cañas Dulces con la maravillosa maestra Olga Porras, que fue una gran mentora escolar. Las giras en la escuela era un tema que generaba felicidad e inquietud cada vez que la maestra anunciaba sus fechas, ya que, como muchos, yo amaba cada vez que nos sumergíamos en el mundo de la naturaleza.
En ese dicho año fui seleccionado por parte del PEB para formar parte del Taller de Biodiversidad por 3 días y 2 noches en el Parque Nacional Santa Rosa, en donde con otros niños seleccionados de otras escuelas, aprendimos más sobre la importancia y conservación de los murciélagos, vimos como muchos biólogos e investigadores desenvolvían sus trabajos en el parque, en dicho campamento tuve el mayor detonante de amor por la naturaleza que pude haber tenido en mi vida, desde ahí me enamore más y más de la naturaleza.
Al llegar de la gira a mi casa, no cabían las palabras de cómo explicarles a mis padres la experiencia tan bella que viví, ya que como niños nos maravilla lo basto que es la naturaleza y las experiencias que se pueden llegar a vivir. Desde ese momento ese pequeño niño de 12 años decidió llegar a especializarse en algún momento de su vida en algún área referente a los cuidos de recursos naturales y la biología.
13 años luego de ese maravilloso taller impartido por el PEB, volví una vez más a incluirme en la X edición del Conteo Navideño de Murciélagos en sector Santa Rosa, pero esta vez, ya no era un niño de 12 años, ahora como una persona adulta que sin importar los años seguía amando la naturaleza, ya no era un estudiante de escuela, si no ahora como estudiante avanzado de una carrera de enseñanza de las ciencias naturales de la UCR.
Las experiencias que vivimos como niños tiene mucho eco en nuestro futuro y gracias al PEB del Área de Conservación Guanacaste, pude seguir mis sueños y espero en algún momento formar parte más y más de los parques nacionales.
Agradezco inmensamente a todos los funcionarios del Área de Conservación que se comprometieron y se comprometen a educar y sensibilizar a las y los niños de nuestro presente y nuestro futuro.