Un ave perteneciente a la familia Thraupidae. Nativa de América Tropical; que se extiende hasta el sur de México y Paraguay, comúnmente incluida en el grupo de las tangaras; el dorso y cola es de color verde oliváceo; el pecho y el vientre de color amarillo, cabeza y cuello de color gris, el iris de sus ojos color rojo, pico de color negro, su tamaño máximo oscila entre los 18 cm.
En nuestro país esta presente sobre la vertiente del pacífico hasta la parte noreste en Área de Conservación Guanacaste (Fig. 1).
Observación:
Durante el transcurso de los años las he logrado observar solitarias, en parejas y también en pequeños grupos hasta de 5 individuos, interactuando a niveles medios y bajos de bosque seco en proceso de regeneración, le gusta buscar su alimento muy cerca de suelo.
Donde hay sitios con abundancia de alimento le gusta seguir las incursiones de hormigas arrieras para ir cazando los insectos que huyen de las hormigas, en este tipo de comportamiento es común ver varias tangaras en compañía de otros pájaros hormigueros bajar hasta la hojarasca del suelo; en este tipo de conducta se puede lograr buena información tanto de los pájaros como también del hábitat que comparten junto a los insectos.
Época reproductiva.
Este año logré observar 3 anidaciones, una en marzo con dos pichones depredados, otra en junio criando exitosamente a dos pichones, y la última a principios de setiembre, donde lograron criar otros dos pichones, hasta que volaron del nido.
En Área de Conservación Guanacaste prefieren hacer sus nidos en las bases de las hojas de las palmeras, un mecanismo defensivo ofrecido por la naturaleza para mayor protección de sus nidos, una de las palmas que eligen es Bactris guineensis una (Arecaceae) del bosque seco que posee espinas desde el tallo hasta sus hojas, logrando hacer sus nidos a unos 4-6 metros de altura, siempre dependiendo de las condiciones que les ofrezca la planta para camuflar su nido (Fig. 2).
En la siguiente anidación la pareja de tangaras escogieron una palma de mayor altura y construyeron su nido a un lado del mismo sitio que anidaron la primera vez, durante el transcurso del observatorio desde las primeras horas de la mañana buscaron y alimentaron a sus pichones constantemente con arañas, cucarachas y grillos (Fig. 3).
Siempre utilizaron ramas que estaban abajo del nido para percharse, su hábito, primero inspeccionar y hacer llamado a sus pichones; después de una breve pausa volar y entregar el alimento, en otras ocasiones permanecieron mas tiempo esperando la llegada del otro adulto con alimento; cuando esto ocurría el primer adulto en haber llegado volaba primero hacia el nido a entregar el alimento, seguidamente lo hacia el segundo adulto alimentando al segundo pichón (Fig. 4).
Vuelan haciendo viajes largos o cortos del lugar de anidación, produciendo vuelos bajos sobre el sotobosque, forrajeando a niveles de mediana altura y en ocaciones bajando hasta el suelo para cazar insectos, en una ocasión logre observar uno de los adultos llevar dos tipos de alimento en su pico, una cucaracha y un caracol al mismo tiempo (Fig. 5 y 6).
A pesar de que su dieta alimenticia esta basada preferiblemente en insectos; vale la pena mencionar que en una oportunidad observé a uno de los adultos llevar un pedazo de fruto que a mi conocimiento era un trozo de sancoya Annona purpurea, un tipo de Anonnaceae que cuando pone sus frutos ya para madurar caen al suelo donde terminan el proceso, su parte interna es carnosa y de color amarillo intenso, muy suave y agradable, estos finalizan descomponiendo y produciendo mucho olor, dejando sus semillas expuestas al suelo, este tipo de Annona crece sobre bosque seco de Área de Conservación Guanacaste (Fig. 7).
Tercer Anidación.
El comportamiento de las tangaras fue muy similar a la anterior, pero esta vez las observé llevando algunos grillos y arañas mas grandes, pero siempre incluyeron cucarachas y pequeños caracoles.
El comportamiento de los pichones en su nido es permanecer muy quietos durante el transcurso de alimentación, solamente son alerta cuando sus padres llegan a entregarles el alimento (Fig. 8 y 9).
Uno de los pichones estuvo infectado con algún tipo de endoparásito porque en varias ocasiones pude ver a uno de los adultos quedarse un rato en el nido sacándole parásitos al pichón afectado.
Cuando los pichones están satisfechos y llenos de alimento; un adulto que pienso es la hembra, queda un momento esperando que el pichón defeque para tomar el saco fecal con el pico y llevarlo a botar, segundos después vuela en busca de mas alimento para sus pichoncitos, en algunas oportunidades observé a uno de los adultos bajar al suelo del sitio de anidación para cazar insectos y justamente volver al nido a entregarlo.
Durante el transcurso del observatorio el adulto que tomaba los sacos fecales era el que tenía más confianza con el sitio, lo que aduzco era la hembra, el otro individuo era mas cauteloso; alimentaba rápido y no tomaba las heces, el cual pienso era el macho, y este individuo era el que cuando terminaba el día de alimentación se quedaba durante el transcurso de cada noche con los pichones (Fig. 10 y 11).
La observación la realice el día 2, 3, 5 y 6 de setiembre del 2021, pero el día 06 me presente a las 4 de la tarde y los polluelos ya habían volado afuera del nido, por medio del llamado de los adultos localicé uno de los pichones perchado en una planta pequeña, pero no pude hacer mas observación porque empezó a llover muy fuerte (Fig. 12).
El dia 07 de setiembre asistí al lugar hacer otro rato de observación localizando los dos pichones perchados en posiciones diferentes del sotobosque, uno de los padres localizaba alimento para un polluelo y el otro adulto llevaba y ofrecía alimento para el otro (Fig. 13 y 14).
En el momento que los polluelos ya vuelan sobre el sotobosque; ya pueden hacer vocalizaciones de llamado a sus padres, permanecen por periodos largos esperando alimento, pero conforme pasa el tiempo se cambian de lugar estratégicamente, cuando los progenitores se acercan haciendo llamado; ellos también vocalizan para que sus padres los puedan localizar y recibir su alimento.
Su tiempo de alimentación frecuente estuvo oscilando entre los 4, 5, 6, 10, 11, 13, 14, 15, 16, y 20 minutos de diferencia entre cada viaje, pero hubo algunas pocas ocaciones que tuvieron que esperar 40 minutos para volver ser alimentados.
Todo el desarrollo de las tangaras juveniles depende del alimento que reciben de sus padres y así avanza su crecimiento y energía, cada día de sobrevivencia los pone mas fuertes y más activos siguiendo a sus progenitores.
Datos tomados directamente desde el campo de anidación, Estación Biológica Los Almendros Sector El Hacha, Área de Conservación Guanacaste.