¡Hola! Mi nombre es Adilia Pérez Cantillano, actualmente trabajo como docente del Ministerio de Educación Pública (MEP) y soy una de las hijas del Programa De Educación Biológica (PEB).
Les quiero contar un poco de lo que recuerdo de esas vivencias ocurridas durante los años 2009 al 2011, que participé como estudiante en giras educativas del PEB en la escuela de Los Inocentes, recuerdo a nuestra maestra Elieth García Briceño cuando nos comunicaba las fechas de las giras, algo que siempre me generó muchas expectativas ¿A qué lugar íbamos? ¿iríamos con los profesores anteriores o conoceríamos a alguien nuevo? ¿qué actividades nos pondrían a hacer? ¿será algo nuevo? ¿a cuáles conocidos vería?
En aquel entonces visitamos diferentes sectores y parques nacionales, entre ellos puedo mencionar, Parque Nacional Rincón de la Vieja, Parque Nacional Santa Rosa, Refugio Nacional de Vida Silvestre Bahía Junquíllal, Estación Experimental Forestal Horizontes y Sector Los Almendros, mi antiguo hogar ubicado el Parque Nacional Guanacaste.
Tuve la gran oportunidad de crecer en las áreas silvestres del ACG, rodeada de sus paisajes, biodiversidad y de personas que trabajan ahí como guardaparques, parataxónomos, mi abuelo Luis Cantillano Cantillano, más conocido como ¨Cabito¨ que fue guardaparque del ACG y actualmente está pensionado. Recuerdo a mi abuelo que trabajó arduamente por décadas protegiendo el bosque tropical seco, manejando un tractor agrícola para apagar fuegos. También acompañando a mi madre, Elieth Espinoza Cantillano (parataxónoma del ACG) a recolectar larvas de mariposas en los senderos de Los Almendros, y otras personas, que varios ya no están entre nosotros y otros que aún siguen trabajando fuertemente en conservación, descubriendo cosas nuevas o concientizando a los pequeños y grandes sobre los ecosistemas y su biodiversidad.
Han pasado 12 años de aquellas experiencias y actualmente, ahora que me desempeño como docente del MEP, me corresponde preparar y motivar a mis estudiantes para las giras educativas del PEB. Este año cuando nos avisaron que íbamos de gira educativa al Refugio Nacional de Vida Silvestre Bahía Junquíllal, recordé cuando era niña y fuimos a recolectar animalitos a las orillas de la playa, estrellas, pepinos, cucarachas, erizos de mar, animales que no sabía que existían, que no conocía sus formas y sus texturas y los cuidados qué debíamos tener para que no nos pasara algo.
También, en estos lugares conocí las polainas para la protección de las serpientes, el caminar en el centro de un sendero y el ser cuidadoso por donde pisamos, tanto para protegernos como para lograr observar la fauna del lugar.
Puedo hablar un sin fin de detalles, pero quiero ser breve, todas estas experiencias y conexiones con personas que trabajan en el área ambiental, me permitió ser quién soy.
Esto abrió paso para que en mi universidad (Universidad Nacional de Costa Rica), participara en el voluntariado ambiental, realizando talleres a niños y adultos sobre el manejo de los residuos, la importancia del cuido de los recursos naturales, el valor que tiene algo tan pequeño como una abeja en la vida de una persona; quise seguir los pasos de aquellas personas que estuvieron en mi niñez, en mis aprendizajes, y compartir mi conocimiento con los que me rodean.
Por último, me gustaría decir que fui una persona afortunada por pertenecer a la Escuela Los Inocentes, lastimosamente ya no existe, pero estar en ella me dio la oportunidad de compartir estos momentos en el PEB.
No todos los niños tienen la dicha de vivenciar estos aprendizajes y convivir con personas entregadas a su labor como lo son, los educadores biológicos del PEB Albán Jiménez y Rolando Ramos, entre otros, pues ellos me recordaron que a pesar de que todos estos años atrás han conocido a miles de niños y niñas, cada uno de estos estudiantes es igual de importante y que cada uno tiene una historia personal que contar, es por ello que valoro y atesoro estos aprendizajes, aplicándolos en mi vida, transmitiéndolos a los demás para dejar una huella verde y así contribuir con los objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (Agenda 2030).
Quiero cerrar con dos frases que valoro mucho y trato de aplicar en mi día a día:
1. Hay quienes ven la naturaleza como algo ridículo y deforme, y aún hay otros que ni si quiera la ven. Pero a los ojos del hombre con imaginación, la naturaleza es la imaginación misma (William Blake).
2. Nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo (Mahatma Gandhi).
Esta es una de miles de experiencias irrepetibles que son producto del trabajo de bioalfabetización del Programa de Educación Biológica (PEB) del ACG. Documentar estas experiencias positivas, permite justificar la importancia de la misión del programa que ha trabajado los últimos 37 años con jóvenes de las comunidades vecinas a sus áreas silvestres protegidas.
Si usted tiene relatos y/o imágenes de sus experiencias cuando estudió en el PEB puede comunicarse con el personal del PEB para documentarlas como parte de la evaluación de nuestra experiencia.